Fue a la entrada del publo de Ollantaytambo, cerca de Cuzco. Yo me había desprendido de un grupo de turistas y estaba solo, mirando de lejos las ruinas de piedra, cuando un niño del lugar, enclenque, haraposo, se acercó a pedirme que le r

Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me encontré rodeado de un enjambre de niños que exigían, a grito pelado, que yo les dibujara bichos en sus manitos cuarteadas de mugre y frío, pieles de cuero quemado: había quien quería un cóndor y quién una serpiente, otros preferían loritos o lechuzas, y no faltaban los que pedían un fantasma o un dragón.
Y entonces, en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba más de un metro del suelo, me mostró un relejo dibujado con tinta negra en su muñeca:
-Me lo mandó un tio mío, que vive en Lima-dijo.
-¿Y anda bien?-le pregunté.
-Atrasa un poco-reconoció.
1 comentario:
primera vez que comento en blogspot, sese, increible.
bien, en mi debut comentarista espero q esto salga xq me pide una identidad y q se yo.
bien, me encanto el texto! con un remate muy gracioso, jeje.
dps me tenes q mostrar como postear en este coso.
beso!
PD: gracias por abrir los coments! je
rulo
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